Dominar “las cuatro partes del mundo” siempre fue la ambición de la monarquía católica. En los albores de los tiempos modernos los nuevos amos del planeta transformaron no sólo los modos de vida, las técnicas y la economía, sino también las creencias y los imaginarios. Serge Gruzinski muestra que el pasado nos ayuda a comprender lo que desde hace siglos ocurre en los procesos de occidentalización, mestizaje y mundialización.