Poco a poco lo que cotidianamente se vive, el contacto con los naturales, las compañeras Indias, los hijos con mezcla de sangre dan a ese “neo-local” una espesura humana y mestiza que lo distingue siempre y cada vez más de la “patria” de origen, sin borrar el recuerdo o la nostalgia, aunque el fracaso de la implantación pueda traducirse en un regreso al punto de partida.