«¡Ahora vete a contarle a tu abuela lo que me has dicho! ¡Ella te enseñará!» Así que el chico está llorando, temblando y confundido. Se acerca a su abuela. «¿Por qué lloras, precioso, qué te pasa?», le pregunta ella. Y el chico le dice: «Me han zurrado». «¿Por qué, nene, por qué te harían algo así?» Él le cuenta la historia y cuando llega al final, ¡patapún!, su abuela le arrea tan fuerte que casi lo tumba. «Nunca digas algo así —le advierte—. Dime, ¿cuál es la lección que has aprendido hoy?» El chico empieza a frotarse la mejilla y dice: «¡He aprendido que solo he sido blanco diez minutos y ya os odio, negratas!».