No me gustó, tengo una relación un tanto problemática con la narrativa de este autor. No pude engancharme ni siquiera sentir la historia, no pude terminarlo tampoco. Mí experiencia fue nula.
Nítidas imágenes de la batalla; balas zumbando, explosiones de granadas, sabor a sangre seca y hierro duro en la boca.
Esa conexión entre el amor y la muerte, la vida y el odio. Ernest nos muestra una España luchando contra sí misma, en un conflicto donde se mata maquinalmente puede surgir algo que nos haga lamentar tener que morir por una convicción.