Interesante para pensar el secreto en nuestros tiempos tan marcados por la exposición casi total de nuestras vidas.
Interesante y realista en un momento donde el deporte global consiste en indagar en vidas ajenas. Magris concluye diciendo: no nos tomemos tan en serio el secreto, pues con la historia de Bortolo el viejo pescadero nos deja pensando en que quizás el secreto es que todos sabemos el secreto de todo, que nadie puede ser enjuiciado y que si las tecnologías, la investigación social, la investigación del poder público que en el afán de persuadir puede extralimitarse, quedaría por garantizar un espacio de intimidad inviolable de la persona sea está quien sea, ya que a fin de cuentas toda persona merece su espacio propio. No se si la carencia de este espacio resulte en la radicalización por saberlo todo y por una curiosidad seudo cultural que como el señala es chisme, lo que si se es que la actitud de ironía ante el secreto podría ayudarnos ya que el secreto es como escribe Claudio Magris equivalente a la espiga de trigo que se exhibía al final del misterio eleusino: la revelación de lo insondable de la vida, aunque eso para nuestra decepción también este relacionado con el acontecer político.