Entonces descubrimos un cartel hecho a mano que decía “Nuevo Orden Familiar”, y que incluía una tabla con el nombre de cada quien y las actividades que le correspondían por día: desde lavar baños hasta tender la ropa o sacudir los tapetes.
Mi hermano y yo creímos que se trataba de una broma. Siempre habíamos pensado que para todo eso estaba mi mamá (incluso en ese momento, que estábamos de vacaciones). Pero según la abuela, nuestra forma de pensar era anticuada, machista, reaccionaria, clasista y burguesa.