. Esencialista: apela a los términos de tradición, cultura, carácter nacional, parentesco sanguíneo, lengua, etc.
2. Epocalista: apela a la historia de nuestro tiempo, su dirección y el significado de ésta.
Al apropiarse de ellas, el mercado toma y absorbe estas evocaciones de legitimidad, regresándolas al discurso de forma resignificada16 —resignificación que obviamente sólo atañe a sus intereses— con lo cual instituye, de manera sutil, un nuevo formato de nacionalismo que apela a los conceptos de unión e identificación a través del consumo, tanto de bienes simbólicos como materiales. Ya que, dentro de las lógicas mercantiles, todo es susceptible de ser comercializado, incluyendo los conceptos, por lo cual, los conceptos de nación y nacionalismo pueden convertirse en baratijas culturales decorativas.