En 1945 llega la paz. El 8 de mayo ha capitulado la nazi Alemania al final de una apocalíptica agonía; el Japón, mutilado y exangüe, abandonará la lucha el 2 de septiembre, después de Hiroshima y Nagasaki. La Segunda Guerra Mundial ha terminado, después de haber causado la muerte a decenas de millones de hombres, mujeres y niños. Pero todavía no se habían apagado las luminarias de la victoria sobre Alemania, cuando ya aparecían las primeras divergencias entre los aliados de ayer, en especial a partir de la conferencia de Potsdam. Los Occidentales no se mostraban dispuestos a reconocer la línea Oder-Neisse como frontera entre Alemania y Polonia; los Soviéticos, por su parte, negaban a sus aliados el derecho a controlar las elecciones rumanas y búlgaras. Por entonces queda inventada una nueva expresión: Telón de Acero, para referirse a la pantalla aislante que, consecuencia del reparto decidido en Yalta, no tardaría a dividir Europa en dos bloques antagónicos.