Con su profunda rabia hacia las circunstancias sociales y políticas y sus intentos autoritarios de buscar justicia, los hombres enredados simbióticamente evitan, por encima de todo, el enfrentamiento con sus propios sentimientos, su inseguridad, su soledad interior, sus miedos y su incapacidad de establecer vínculos emocionales cercanos. Han disociado profundamente a su niño traumatizado.