Estoy perturbada, ni siquiera sé cuál es mi opinión en este momento
Una novela tremenda, cruda, descarnada. Me costó un buen terminar de leerla.
Pero de otro tipo de miedo.
Nunca me había intrigado tanto algo que me hacía sentir súper incómoda.
Pasé la mitad del libro sin entender qué estaba pasando, creo que no lo entendí del todo pero es otro tip de terror.
Este libro se atreve a tocar temas que la sociedad ha guardado en los rincones más oscuros, es incómodo y perturbador.
Sin embargo, a mí me pareció brillante la manera en que plantea las posibilidades de la vida después del abuso infantil.
El único pero que le pongo, es la construcción de los acentos mexicanos y españoles, me parecieron por momentos bastante forzados.
Sigo maravillada con la prosa de Mónica Ojeda. Me gusta leer sus historias aunque no siempre sean tan agradables, ya que toca temas escabrosos pero actuales.
Uuffff, todavía estoy algo confundida con lo que leí en esta novela. Ciertamente hubo pasajes muy espantosos-gráficos que me hacían querer dejar de leer; cosas que lastiman horrible. Pero Mónica Ojeda tiene una manera única de describir poéticamente ideas que tienen que ver con el dolor, el miedo, lo perverso. También creo que no es una novela para todo el mundo porque toca fibras muy sensibles.
Tuve que parar pero al mismo tiempo seguir leyendo. Se necesita estómago para muchos capítulos ya que es un viaje a cosas perversas muy densas pero lo peor es que pasan en la realidad.
Una novela oscura, perturbadora y desconcertante. Muy difícil saber lo que me hizo sentir además de repulsión a algunas escenas,