Iniciar este proyecto implicaba una serie de retos, como convencer a los lectores-escritores de contarnos parte de su vida, la relacionada con la lectura. Además de abrir nuestro espacio íntimo debíamos recorrer un camino poco explorado, el de la introspección, y valorar qué contar, a qué darle un valor significativo en nuestra biografía y recorrer nuestras vivencias para responder: ¿qué me hizo ser lector? La reflexión de una de las autoras es que nosotros somos académicos y, por lo tanto, solemos ser lectores. Esto es cierto, desde luego, pero no invalida el hecho mismo de haber decidido dedicarnos a una actividad que precisamente está sostenida en la lectura. En la vida hay un sinfín de decisiones que tomamos y, entre otras, quienes aquí escribimos no solo leemos por motivos laborales, sino que disfrutamos de la literatura o del periódico igual que de los libros académicos, de donde inferimos que la lectura, en nuestras vidas, es algo más que circunstancial y que resulta fascinante descubrir cuál o cuáles fueron los principales motores que nos impulsaron para que una parte de nuestro placer esté precisamente en leer.