Por eso te sugiero que cuando conozcas a alguien, o con tu pareja si ya la tienes, vayas más allá de las preguntas normales y profundices en saber quién es realmente, qué la hace feliz, qué experiencias le han marcado para bien o para mal que la han convertido en la mujer que tú estás conociendo ahora, cuáles son sus sueños, sus ilusiones, qué necesita de una pareja para sentirse segura y feliz y que tú compartas con ella las mismas respuestas para que poco a poco podáis ir conociéndoos cada vez más profundamente, de verdad y de alma a alma.