Cuando a comienzos del siglo xx la pequeña Malka y su familia ponen rumbo a Nueva York, no pueden sospechar que no solo dejan atrás su Rusia natal, sino también el mundo tal y como lo habían conocido hasta entonces. La familia no superará los embates del destino, y Malka acabará siendo adoptada por la familia Dinello, que le ofrecerá además de un hogar, un nuevo nombre y una receta para el éxito. La niña que llegó a América con la cabeza llena de sueños acabará convirtiéndose en Lillian Dunkle, la reina de un imperio forjado sobre una vieja receta de helado italiano. Lillian, ya anciana, pasa revista a su vida y desgrana sus recuerdos sin pelos en la lengua.