¿Es posible construir máquinas inteligentes? ¿Es el cerebro una máquina? Estas dos preguntas han sido la obsesión de grandes pensadores durante siglos. Pero con el desarrollo de la inteligencia artificial, ambas cuestiones se han acercado e incluso se han unificado pues utilizan los mismos conceptos, técnicas y experimentos en los intentos de diseñar máquinas inteligentes y en investigar la naturaleza de la mente. El objetivo último de la inteligencia artificial —lograr que una máquina tenga una inteligencia de tipo general similar a la humana— es de los más ambiciosos que se ha planteado la ciencia. Por su dificultad, es comparable a otros grandes objetivos científicos como explicar el origen de la vida, el del universo o conocer la estructura de la materia. Actualmente, todavía sabemos poco acerca del cerebro; sin embargo, estamos siguiendo un camino que pasa por considerarlo un sistema computacional y hemos empezado a explorar el espacio de posibles modelos computacionales que permitan emular su funcionamiento.