La conquista del aire es quizá la más contundente muestra de novela realista escrita en nuestro pais en esta década. Apartada voluntariamente de la tan manida Generación Kronen, Gopegui es capaz de crear una corriente de novela urbana y contemporánea donde los encuentros con el alcohol, el sexo descarnado y los cigarros de marihuana son sólo una ingrediente de la historia y no su última razón de ser ni el pilar que sostiene la trama. En La conquista del aire hay fracasos, hay despedidas y desencuentros, hay pérdidas dolorosas y comportamientos mezquinos disfrazados bajo intentos de generosidad. Pero no existe el cinismo en estado puro ni el pretendido hartazgo existencial que parece definir por propia voluntad la nueva narrativa española. La novela de Belén Gopegui se arma en torno a personas de carne y hueso y a historias reales que salen bien o no. Y, a pesar del fracaso y de la conciencia de la soledad al fin asumida, esas personas saben que tienen la obligación de buscar la felicidad. Marta, de intentar rescatar su relación con Guillermo. Carlos, de salir adelante como empleado de una multinacional. Carlos, de acostumbrarse a una nueva rutina casado con una mujer que no se parece a su compañera anterior. Al acabar la novela, uno tiene la impresión de que no todo está perdido. Ni para los personajes ni para una época complicada pero no imposible. Los protagonistas de La conquista del aire han perdido una batalla. Pero la guerra sigue, y también la vida y la posibilidad de victorias futuras.