A través de un objeto, cuyo valor es inestimable, conocemos la historia de una persona llamada a soportar sobre sus espaladas una enorme responsabilidad. A través de esa persona, conocemos la historia de un pueblo y su forma de entender el mundo. Una vez más, Zweig despliega un relato que dosifica en partes iguales tensiones, tristezas, aprendizajes, miserias y virtudes. Una historia tan bien escrita como adictiva.