Los lugares turísticos descansan en la búsqueda por la reconstrucción para darles un sentido general a las vidas fragmentarias. A lo largo del libro se examina la forma en que se construye e institucionaliza el sentido de los lugares. Por tanto, cuando a algunos de ellos se les otorgan nombramientos internacionales, como el de Patrimonio de la Humanidad, adquieren nuevos significados que son promovidos por actores globales o nacionales. Esto, sin duda, repercute en las prácticas locales, no solo por el desarrollo del turismo como nueva actividad productiva, sino por la resignificación que toma un lugar, una festividad o una comida.