Dirigir una empresa es una responsabilidad y un desafío. Las Personas Vértice asumen un trabajo que exige lo mejor de cada uno de nosotros. El trabajo del director general es extraordinario, pero a la vez, es un itinerario de contrastes, donde se sortean dificultades, diferencias, noches de desvelo, momentos dubitativos, satisfacciones y alegrías. Personas Vértice es una recapitulación de ideas, reflexiones y aprendizajes personales del autor acerca de la labor del director general. Plantea diez retos para enriquecer a quienes ejercen o ejercerán una de las labores empresariales más valiosas: liderar a una comunidad de personas hacia un propósito común y valioso.