Da igual de dónde seas o a qué te dediques. Da igual que estés en Polonia, en Alemania o en Rusia; que seas un niño o un adulto, una promesa del fútbol o un soldado enrolado a la fuerza. Ni las balas ni las bombas hacen distinciones y, quien dispara, a veces también es una víctima.
Esta es la historia de esas personas anónimas que, en la Europa de 1939, fueron arrastradas al festín de la muerte.