Los hermanos Goncourt trazan un retrato de la joven y la mujer que fueron, en distintas etapas de su breve historia, María Antonieta, Archiduquesa de Austria y reina de Francia, la última que habitó el fastuoso palacio de Versalles. La posición de los autores es favorable a la figura retratada y aportan para ello una base documental basada en cartas personales, además de la historiografía convencional, que sesga los datos según los investigadores sean monárquicos o republicanos. La verdad histórica al cien por cien nadie la podrá conocer, pero si una aproximación a ella, desde diferentes puntos de vista, los suficientes como para que el lector interesado se haga una composición de lugar e, indagando en otras fuentes, se acerque con cierta fidelidad a una figura al principio ensalzada, luego denostada, para finalmente ser el objeto de los más desatados odios e iras, la mayor parte impostados por una demagogia que hizo erupción, como un estallido volcánico, en los vertiginosos tiempos de la Revolución Francesa, esa convulsión que cambió la historia de la humanidad para siempre y de cuyas luces y sombras son herederas las democracias de nuestro tiempo, que aún manejan conceptos como «izquierdas» y «derechas», nacidos arbitrariamente en esa época.