Soy una mujer, y como cualquier otra en casi todos los sentidos. Como las mujeres a quienes estos hombres aman. Aunque la palabra «amor» es peligrosa en labios de los hombres. Muy a menudo no quieren decir lo mismo que las mujeres cuando la pronuncian. A veces quieren decir que matarán por ese amor. Otras veces, cuando la pronuncian, no quieren decir prácticamente nada. Cosa, claro, que la mayoría de las mujeres acaba descubriendo. Algunas con resignación, muchas con pesar.