Este libro contempla la espiritualidad como una alternativa para descubrir el sentido de la existencia e implicarnos en la mejora de la realidad política y social.
Se presenta con vocación de superar la tendencia a considerar la espiritualidad como una cuestión de creencias subjetivas o como una terapia psicológica que procura un desarrollo equilibrado de la persona. Nosotros proponemos que la capacidad de actuar de forma consciente y voluntaria propia del ser humano sea no solo el fundamentos de su dignidad sino también el punto de referencia clave para construir una sociedad que la respete y la promueva.
Este libro subraya que el individuo nace en el seno de un entorno cultural, social y familiar que determina la visión del mundo que utiliza, las relaciones que establece y el recorrido existencial que se plantea, tanto personal como social. Así que la espiritualidad debe ir más allá de lo personal porque lo personal es, en última instancia, un resultado de lo social.
Las creencias personales son el resultado de la información cultural, moral y práctica que hemos recibido. Podemos estar a favor o en contra de tales pautas pero rechazarlas no constituye una alternativa. La alternativa real pasa por implicarnos en el colectivo, en la sociedad y en esta cultura que nos ha educado, promoviendo modos más conscientes y solidarios de organizarlo. Así es como podemos desarrollar la conciencia: actuando en todos los planos que conforman nuestra mente y nuestra alma.
Esta existencia, tan limitada cuando la percibimos desde el ego, se abre de inmediato cuando despertamos a esta clase de conciencia, y adquiere una dimensión insospechada cuando la contemplamos desde el espíritu.
El espíritu es nuestra realidad superior; está aquí y ahora, no es algo que debamos alcanzar: ya lo somos, lo que procede es tratar de experimentarlo. Pero, para eso, conviene remover algunos obstáculos artificiales que nos han colocado: hemos de renunciar a nuestros complejos de culpabilidad y limitación y hemos de ignorar las fantasías que nos prometen paraísos terrenales.
Este libro nos invita a considerar la realidad como algo que procede y se desarrolla desde arriba; así que podemos experimentarla recorriendo el camino de vuelta de manera consciente. No tenemos más que ejercitar nuestra naturaleza esencial en el ámbito personal, en el área de los colectivos en los que participamos, en la evolución de la humanidad como especie y en el propio terreno del espíritu. Es ir desde la parte al Todo.
No es difícil, se trata simplemente de implicarnos en la existencia, de manera que nuestro paso por ella resulte de provecho para los demás.