Elegante y popular, romántico y atorrante, discreto y emocional. En su múltiple condición de compositor, director de orquesta, bandoneonista y mito porteño, Aníbal Troilo, Pichuco, es acaso aun más que la suma de estas partes. Es el creador sin par de una música adelantada a su tiempo, una música del futuro que se encargó de evocar en tiempo presente el barrio que ya no es el que era, las dolorosas ausencias y otras sinrazones; en fin, el pasado. O, quizá, la propia infancia. En algún sentido heredero de Gardel, gurú de los más grandes cantores, a su manera él fue uno de ellos: su gola era el fueye. Y aunque casi no se fue del barrio, devino universal por el solo hecho de hacer foco en el detalle, por demostrar que, casi siempre y al menos en el tango, menos es más. De estos y otros elementos está compuesto el planeta Pichuco, un mundo apasionante y eterno que Eduardo Berti ayuda a revelar con una paleta de argumentos a la vez sencillos y sólidos que, sin embargo, de ningún modo clausuran el debate. Por qué escuchamos es una colección que busca ahondar en los motivos por los que algunos artistas –de diversos géneros, orígenes y épocas– se vuelven esenciales, indiscutibles, verdaderamente únicos, más allá de los caprichos y vaivenes del mercado musical.