La antropología de las mujeres es un tema que no ha sido tratado en nuestro medio académico desde una perspectiva científica con la amplitud, profundidad y creatividad con que se aborda en este texto. El estudio antropológico de la condición femenina es una contribución científica que tiende a llenar una laguna en los estudios de género desde la antropología.
Por esta misma carencia de interpretaciones antropológicas de la mujer, la doctora Lagarde ha debido crear sus propias categorías de análisis que vienen a enriquecer los elementos epistemológicos de su disciplina. Me refiero en concreto al concepto de cautiverio, que denota rasgos diferentes dentro de la interpretación tradicional de la condición femenina de opresión, y en esa medida la distinguen, en su especificidad, de otras opresiones, tales como la de raza, grupo marginado y otras… La argumentación a lo largo del texto es sólida, flexible y no dogmática, muestra una capacidad de observación muy amplia, unida a la erudición y a la voluntad de saber de Marcela Lagarde. Todo lo cual se traduce en una expresión literaria fluida, sencilla pero no simple. Las conclusiones a las que llega cubre las hipótesis que se plantean al inicio de la obra: la liberación de las mujeres de sus cautiverios, con base en las estrategias que se detallan. Esto no significa que la experiencia de ser mujer se atomice, sino que se enriquece y muestra la evidencia de su complejidad inabarcable, aunque se compartan rasgos ontológicos. Descubrir nuestros cautiverios es el primer paso para abandonarlos.