«La situación de crisis de la cultura occidental — y en particular, de la europea — está a los ojos de todos. Un continente que supo dar razón de sus energías vitales a través de sus raíces espirituales, hoy parece no querer reconocer su identidad y “desertar” de su cita con la historia contemporánea.
El interés por contribuir a la solución de muchos de los problemas que aquejan a nuestras sociedades desesperanzadas, me ha impulsado a indagar sobre el período de entreguerras, cuando en circunstancias análogas, varios intelectuales cristianos avanzaron propuestas para superar la crisis cultural. Quizá alguna de las luces de estos intelectuales sirvan hoy para iluminar los rincones oscuros de nuestra cultura europea.»