»Vengo a ti con todo el conocimiento de mis padres, con mis libros y mis inventos y mis poemas y mis tablas, con mi matemática y mi física, con mi capacidad de comprender. Vengo con mi música y mi arquitectura, con mi astronomía y mi historia. Vengo con mi cohorte de santos e iluminados que han modelado mi ser interior. Vengo con Hermes Trismegisto y con Bezaleel, con Hemon y con Lao Tse, con Jesús y con Platón, con Herodoto y con Homero, con Pitágoras y con Dante, con Safo y Sei Shonagon. Vengo con Shakespeare y Tycho Brahe, con Miguel Ángel y Da Vinci, con Newton y con Volta. Vengo con Bach y con Mozart, con Rembrandt y con Vermeer, con Milton y con Darwin y con Gauss y con Dostoievski. Con Caspar David Friedrich, con Monsù Desiderio. Con Eminescu. Con Kafka, Wittgenstein, Freud, Proust y Rilke, con Einstein, Tesla, Maxwell, Frege y Cantor, con Joyce y Canetti y Virginia Woolf, con Planck y Feynmann, con Chirico, Max Ernst y Frida Kahlo, con Faulkner, Ezra Pound, Carl Orff, Abel, Hubble, con Lennon y Bourbaki, con Chaplin y Murnau, con Tarkovsky y con Fellini. Con otros miles de genios que nos han formado, deformado y vuelto a formar la mente.