«Había imaginado, hace ya unos meses, hacer una novela en la que quería poner la más íntima experiencia de mi destierro, crearme, eternizarme bajo los rasgos de desterrado y de proscrito. Y ahora pienso que la mejor manera de hacer esa novela es contar cómo hay que hacerla. Es la novela de la novela, la creación de la creación».
Desde su exilio en Hendaya, en 1924, Miguel de Unamuno comienza la escritura de «Cómo se hace una novela». A través de Jugo, el personaje protagonista, pretende retratar las inquietudes de su propio destierro, eternizarse en la ficción. No obstante, Unamuno interrumpe constantemente la historia para tratar los asuntos que más le obsesionan: la realidad política de España, el exilio, la inmortalidad, el tiempo, la relación entre vida y ficción…
El resultado es una obra de estructura irregular, como la vida misma, plagada de reflexiones filosóficas.