A doscientos años del nacimiento de Marx, el marxismo es el nombre de una derrota. La modernidad democrática del capital, con sus voceros y sus propagandistas, se ocupa de recordárnoslo una y otra vez: lo presentan como un error grosero y además una utopía criminal. A él se adhiere otra palabra maldita, “comunismo”, un espectro que carga con el peso de un estigma. Pero el marxismo, dice Alain Badiou en este texto inspirador, sigue proponiendo la única modernidad capaz de competir con el capitalismo. No hay ninguna otra.
En un estilo conversado y personal, en el que prima la apuesta intelectual antes que el desencanto o la nostalgia, Badiou explica en qué consiste esa potencia de construcción y transformación que se pone en juego, en cada escenario concreto, tanto en el pensamiento como en la práctica política. Después de un sustancioso recorrido por figuras célebres –Marx, Lenin, Mao, nuevamente Marx— y textos canónicos, sostiene que el marxismo no es una ciencia, una doctrina ni una filosofía, tampoco una política en el sentido de la teoría política. Como el psicoanálisis, el marxismo es un pensamiento alternativo que, desde dentro de la sociedad capitalista, trabaja para el advenimiento de un mundo material y subjetivo absolutamente nuevo.
Contra el sujeto cautivo de la neurosis del consumo y la competencia, pero sin caer en las reacciones fascistas al capitalismo, Badiou propone reinventar el marxismo, recuperando su potencialidad para descifrar los intereses en pugna y para generar encuentro, organización y acción colectiva. Así, este texto se afirma como un llamamiento razonado y poderoso para confluir en una práctica que, lejos de negar sus contradicciones y disidencias internas, las transforme en vital fortaleza política.