Dice, con mucha precaución, que el teorema “se refiere a un mundo puramente hipotético, y no pretende describir ningún mercado existente”, porque el modelo implica numerosos supuestos, y muy exigentes: 1) que tanto los consumidores como los productores son actores racionales que quieren maximizar su utilidad; 2) que hay mercados para absolutamente todo; 3) que hay mercados de futuros para todo; 4) que todos los actores tienen información completa acerca de todo; 5) que no hay monopolios, ni economías de escala, ni externalidades… O sea, que el modelo en realidad no demuestra nada, salvo que se puede elaborar un juguete lógico que parezca un mercado eficiente.