ombres, mujeres, adolescentes y niños obligados a atravesar a pie, a la merced de crueles y violentos delincuentes locales que los asechan, atacan, asaltan, extorsionan, desnudan, violan y asesinan.
Desde Arriaga, otro punto riesgoso, los migrantes seguían la ruta hasta llegar a Ciudad Ixtepec, Oaxaca, para cambiar de ferrocarril con destino a Medias Aguas, Veracruz, y luego seguir hacia la Ciudad de México desde donde se dispersaban para continuar rumbo a otras entidades como San Luis Potosí, Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Baja California o Sonora, según la ruta elegida.