Entre el mar y la montaña —y más precisamente: entre la fuerza de la marea y la inminencia de los terremotos— ocurren los tránsitos de Cuaderno de California. La observación vulnerable —poética y política— del paisaje exterior provoca incesantes movimientos en el paisaje interior de una pareja, “dos almas muy antiguas”, que viaja: a veces son movimientos diminutos, a veces próximos a los sismos. Crónica de viaje, memoria y diálogo de amor, la de Santiago Espinosa es una obra sabia en su hermosura y hermosa en la hondura de su reflexión: no es fácil pensar tan agudamente cuando estamos tan conmovidos, en pausa por la belleza que nos captura.
Giuseppe Caputo
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Nadie conoce el origen de la palabra California.
Alguien nos dijo: “Vengo de California”.
Lo que en mi idioma significa «ningún lugar».
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