Nunca quiso contar esta historia, pero no hubo escapatoria. La muerte de su hermana mayor tras años de desnutrición y aislamiento hizo aflorar en Manon Uphoff los recuerdos de una infancia aterradora, transcurrida bajo la férula de un padre tiránico y abusador, pero dotado de un perverso carisma. Henri Elias Henrikus Holbein es un hombre sensible —«artista aficionado, seminarista frustrado, creyente y (ex)convicto»— que inicia a sus hijas en el mundo del arte y la ciencia. Pero también es un monstruo, el lujurioso Minotauro que visita el lecho de las niñas y las encierra en un laberinto sin salida: las baña, las alimenta, sigue sus ciclos menstruales y lee sus diarios secretos mientras su esposa, ausente en su «palacio de nicotina», fuma un cigarrillo tras otro. Como brujas que aguardan su propia noche de Walpurgis, las hermanas sueñan con la venganza y recurren a la risa mientras esperan el momento de la redención.
En esta obra inclasificable, finalista del prestigioso Premio Libris a la mejor novela holandesa, Uphoff se aleja de la crónica autobiográfica al uso para crear un universo simbólico y poético que conecta los traumas del pasado con la mitología griega, los cuentos de hadas y la ciencia.