Habla de las vivencias de personas como tú y como yo que encontraron sentido a todas las cosas y que, además, en el desierto de la vida, conocieron un poco más a ese Dios en el cual creían, porque él se les reveló justamente allí.
La vida en este mundo, rodeada o no de comodidades y adelantos tecnológicos, puede ser un desierto para el alma, pues nadie está exento de atravesar momentos duros, solitarios y áridos.
No te hablaré de fórmulas, ni de fantasías. Sino de la historia de personas corrientes que salieron fortalecidas del desierto, debido que «al atravesar el Valle de lágrimas lo cambiaron en fuentes, cuando la lluvia llenó los estanques».