Esta obra epistolar muestra la cercana relación de dos grandes figuras de la cultura en México. A la par que se presentan las distintas inquietudes de ambos escritores, se muestra la relación de dos generaciones: la de Alfonso Reyes como el reformador de la educación y el arte después de la Revolución mexicana y la de José Luis Martínez como explorador para definir la identidad mexicana. Ambos con una cuidada prosa nos llevan a entender las necesidades correspondientes a su tiempo, e incógnitas que incluso hoy en día nos llaman a la reflexión.