El mar, las olas, la música, el viento, el bar, un taxi, son testigos de un delirio que sucede con un tú del que jamás se menciona el nombre. Un laberinto, un desorden alfabético y una rapsodia al beso se unen para dar vida a un texto colorido. Los umbrales del delirio es un canto al amor, una total entrega al otro. Una apuesta desde el cuerpo por el cariño. Un tatuaje en el alma, nunca una cicatriz. Relatos que denotan un habitar sencillo, en compañía. La mirada, la boca, el abrazo se funden con ritmo de poesía. Conmemorar el deseo es el umbral que con palabras se acaricia.