Raúl Ponce creció viviendo experiencias perturbadoras las cuales las tomo como comunes pues al tener la responsabilidad de trabajar desde pequeño para ayudar económicamente a la familia en sus adentros creía que era consecuencia de su estrés sin considerar que era víctima del constante acoso de un demonio quien siempre supo que de adueñarse de su voluntad podría manipularlo y obligarlo con su ayuda a instituir un nuevo orden global sacrificando al último miembro de su familia.
Elabora todo un laberinto viviente para Raúl quien entra sin darse cuenta y poco a poco lo va acorralando hasta no tener otra salida que firmar engañado el convenio con este demonio, quien se dio por triunfador sin sospechar que el mismo laberinto le daría una esperanza a la nueva generación.
Con un desenlace en desacuerdo entre los que planearon la exterminación de la humanidad rescatando a los futuros habitantes del planeta tierra, protegidos por visitantes de las antiguas civilizaciones.