Presionándome contra él, puedo sentir lo duro que está. Eso fue rápido. Me inclino hacia atrás, casi acostándome sobre él para murmurar en su oído.
—Si tuviera algo con él, no le acabaría de causar una erección a su mejor amigo, ¿no crees?
Me enderezo y puedo sentir mi corazón latiendo desesperadamente dentro de mi pecho. Decir que los tres chicos están sin palabras es poco, sus caras no tienen precio.