no puedo llorar. Soy un árbol seco. Un tronco grueso, que se quiebra. Un árbol de una esquina. Que no tiene dueño. Orinado por el primer borracho que camina cerca. Esperando una patada mortal que finalmente lo derribe, o bien una chispa para incendiarse llevándose consigo todo lo que encuentre a su paso.