Los empeños de un engaño es una de las comedias de capa y espada mejor trabajadas, en la que los recursos dramáticos requeridos por el género están bien aprovechados y logrados, a la vez que Juan Ruiz toma distancia suficiente del modelo genérico para resaltar y no aburrir a su público con lo mismo que habría visto ya cientos de veces. Alarcón ha convertido así el tradicional triángulo amoroso en un hexágono, en el que son las damas las que se desviven por las atenciones del caballero, mientras que los hombres, por una razón o por otra, se enfrentan creando un divertidísimo juego de relaciones, en el que la amistad, el honor y la competencia amorosa enmarañan todo el cuadro.