Una artista retirada en el campo vuelve luego de muchos años a reencontrarse con su abuelo paterno. Al lado del viejo que le dio en su niñez un mundo de fantasía para salvarla de la época oscura cuando su padre fue asesinado, la mujer hace un periplo por sus recuerdos y trata de precisar por fin la borrosa imagen paterna, refundida en los recovecos de la memoria desde esos tiempos. A lo largo del reencuentro también emergen los recuerdos del propio pasado del anciano, ensombrecido por la muerte de su media hermana y el conflicto con su madre a causa de esa niña. Entre las evocaciones de ambos que se van desgranando en diálogos en que abuelo y nieta, más que hablar el uno con el otro, monologan y exploran cada uno su alma, se van saldando cuentas con la memoria, a la vez que la escritura resalta como recurso poderoso para sanar dolores.