En este viaje transcontinental pasaremos por África, Europa, Oceanía, y las Américas, conociendo situaciones lingüísticas de lo más diversas, en las cuales encontraremos lenguas que parecen haber caído en coma, otras que despiertan, o se refuerzan, se recrean y dinamizan en distintos grados. Las situaciones y experiencias que se presentan son diversas, heterogéneas y retadoras, al igual que los esfuerzos que se despliegan desde distintos frentes, ya sea desde las familias, las comunidades de habla, las de práctica, las diaspóricas; o desde la academia o las instancias políticas. Todavía, estos esfuerzos son insuficientes; y es que la pérdida de las lenguas, no solo conlleva el olvido de palabras o frases, sino de valores, principios y formas de vida inmersos en contextos históricos complejos, por lo general caracterizados por ideologías lingüísticas negativas interseccionadas, que poco aportan a su revitalización. De ahí, la importancia de desarrollar procesos integrales, situados, que vayan más allá del sistema lingüístico a la defensa de los derechos humanos, y la búsqueda de justicia social.