Así es como la sexualidad queda conceptualizada como un constructo social, de tal forma que nuestros sentimientos, conductas, prácticas, deseos y formas de pensar la sexualidad serían el resultado de procesos sociales, culturales e históricos. Con esto no se rechaza la influencia de la fisiología en la sexualidad, puesto que esta tiene sus raíces en la corporalidad, pero ni cuerpo ni fisiología son decisivos para su configuración