Esa noche soñó con pirámides. Pirámides construidas de piedra en piedra durante siglos. Espaldas encorvadas arrastrando gigantescos bloques amarillos. Un gato de ojos cromados durmiendo al centro de múltiples ofrendas. Vio una pieza con un sarcófago, que era en realidad una nave y también una prisión. La cueva oscura y sin pestillo en donde seres de otro mundo te preguntaban en susurros si estabas despierto antes de meterse a tu cama.