Las páginas que siguen son mezcla de fragmentos del diario de Nelly Boxall con retazos de la novela basada en hechos ciertos que un día acabaré en su totalidad. Son también testimonio somero de mi estancia en Londres durante todo un invierno en el que busqué documentación histórica y, poniendo buena cara al mal tiempo, trabajé encerrada en el cuarto de una pensión.