Abre la colección, que se publica por primera vez íntegra en castellano (incluidos los fragmentos suprimidos por el autor), una trama basada en un hecho histórico, Juliette y Raunai, y conforme avanza el volumen, Sade se va liberando de la descripción y comienza a ofrecer personajes cada vez más monstruosos. Así, a partir del relato Rodrigo, o la torre encantada se abre paso el tema del incesto, que alcanza alturas trágicas y edípicas en las últimas historias. Incesto buscado como forma suprema del amor en Ernestina, o cometido por error en Florville y Courval, o el fatalismo. El “divino marqués” logra una negrura ambiental y psicológica propia de la novela gótica en estos relatos, que describen el viaje de la pasión hacia el crimen.