Si estoy relacionado con una persona porque la necesito, fisiológica o psicológicamente, esa relación se basa, entonces, en una idea, es obvio, porque deseo algo de esa persona.Y una relación así, basada en una idea, no puede ser un proceso atorre-velador. Es tan sólo un impulso psicológico, una actividad, una monotonía en la que se ha establecido el hábito. En consecuencia, una relación semejante implica siempre tensión, pena, contienda, lucha, y es causa permanente de angustia.