Cuando Julia, una joven ejecutiva de un despacho de abogados sin escrúpulos, recibe el encargo de investigar los orígenes de una empresa funeraria, no imagina que sus averiguaciones la llevarán a una cadena de crímenes en el Valle de los Cerezos, un recóndito valle entre las montañas de Alicante que fue en otro tiempo refugio de moriscos y escenario de leyendas medievales. En el camino coincidirá con Daniel, un viejo jesuita reconvertido en discípulo de Epicuro y con Manel, un joven marginal inquieto, quienes la ayudarán en sus investigaciones siguiendo sus propios métodos intuitivos hasta llegar al inesperado desenlace.
Por la novela desfila además una galería variopinta de personajes secundarios, desde un inmigrante argelino que retorna a la tierra de sus antepasados hasta un agricultor jubilado que defiende el valle de la especulación urbanística y un sacristán con pocas luces aficionado a la sangre divina, así como una beata solterona de padre incierto y un matrimonio de abogados progresistas que han convertido su riurau de Denia en su lugar de encuentro.
En el valle de los cerezos es un thriller con toques de humor negro, pero es ante todo un canto a la filosofía epicúrea que impregna la vida de los habitantes de aquellos valles alicantinos y de muchos valencianos.