Ante esta limitación, que impedía realizar las tareas partidarias, Cárdenas promovió la afiliación de nuevos miembros, evidentemente individuales. Sin capacidad real para incorporar a las masas, en abril de 1931 Cárdenas presionó para que los comités locales reclutaran militantes. La idea de fondo era crear lealtades duraderas al organismo nacional y restarle posibilidades a los partidos locales.