En El velo alzado hay un narrador que descubre algo anormal; en su caso, la habilidad para leer el futuro y también los pensamientos ajenos. Aunque claro: lo que al principio puede ser una maravilla, luego se vuelve una pesadilla. Eliot parece decirnos, en esta novelita, que necesitamos un velo para poder interactuar con los demás; de otra forma, todos seríamos como Latimer, a quien le repugna lo que ve en las mentes ajenas. (…) «Podía ver todo esto a través de una visión microscópica, una que mostraba todas las frivolidades intermediadas, todos los egoísmos oprimidos, las memorias vagamente caprichosas, y los pensamientos artificiales e indolentes. (…)». En las páginas de la novela El velo alzado se exploran la percepción extrasensorial, la esencia de la vida física, la vida después de la muerte y el poder del destino.
«Eliot fue una de las primeras novelistas en descubrir que hombres y mujeres piensan y también sienten, y ese descubrimiento fue un gran acierto literario. En breve, su legado significó que la novela dejará solamente de ser una historia de amor, una autobiografía, o una historia de aventuras». Virginia Woolf.