La presente obra de Gianni Vattimo, padre del pensamiento débil y una de las figuras clave de la posmodernidad, se divide en tres partes. En la primera, el autor expone los motivos por los que su visión de la práctica filosófica, aunque se distancie de la ciencia, no persigue en absoluto parecerse a la literatura, a la sociología, a la ciencia de la cultura ni a cualquier otra forma de expresión con pretensiones artístico-literarias; la filosofía es “distinta” de las ciencias (exactas o de la naturaleza) y de las humanidades o del arte precisamente por estar profundamente comprometida e implicada en las problemáticas de fondo implícitas en cada una de estas ciencias. En segundo lugar, el autor especifica su interpretación del concepto de verdad, pero más que de la verdad como adecuación habla de “fidelidad” a un ser que es ante todo evento, y a un sujeto que es ante todo diálogo (participación). Finalmente, la última sección del texto, sobre responsabilidad, vocación y destino en filosofía, nos suministra una clave para comprender las tensiones de la práctica filosófica contemporánea entre históricos y teóricos, entre filósofos-periodistas y filósofos-profesores, entre la especialización filosófica y la misión del filósofo como “funcionario de la humanidad”.